Así es como se conoce a la tecnología que sustenta la moneda virtual más popular: Bitcoin.
Las cadenas de bloques se definen como un “libro de contabilidad pública de transacciones que se producen de forma distribuida y que crece a medida que cada nodo añade nuevos bloques de información”.
El verdadero impacto de esta tecnología, no obstante, trasciende a Bitcoin; se asemeja a lo que sucedió con las redes P2P.
Parece seguro que blockchain se convertirá en el estándar de todas las monedas virtuales y de otras aplicaciones, como contratos inteligentes o dinero programable (las monedas que pueden programarse para que se pague solo cuando se cumple una determinada condición del contrato).
Se estima que el uso de las tecnologías de cadenas de bloques supondrá para el sector un ahorro de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares en el año 2022.